En Perú cumplimos un sueño, conocer el Amazonas. Pero también agrandamos nuestra familia de manera cuantiosa y conocimos el ricor implacable de los «juanes» (comida típica) en toda su variedad desde la montaña hasta la selva baja.
Y en ese mismo contexto encontramos plantas carnívoras del género Utricularia. Desde las montañas donde cae la tercer cascada mas alta del Perú hasta la selva amazónica en su época inundable.
Empecemos desde las alturas!

Gocta, ese es el nombre que se la da esta impresionante catarata de 771m de altura y que se llega desde el caserío San Pablo.
Las plantas van cambiando durante el recorrido a medida que uno va subiendo en altura y con ello, los paisajes.

Quien sabe cuantas plantas y animales se nos habrán escapado de la vista, pero lo cierto es que durante el camino tuvimos la suerte de encontrarnos con una Utricularia.

Suelo húmedo, arenoso y con musgo. Un lujo para muchas Utricularias terrestres. Y allí estaba, la Utricularia subulata.

Para ir de las alturas andinas hasta la Cuenca del Amazonas no solo se requieren muchas horas de viaje por tierra… sino embarcarse en los afluentes del Río de la Selva.

Una vez que llegamos a la Reserva indígena del Yarapá, comenzamos a explorar por el Río Cumaceba. Tanto en canoa como adentrándonos en el monte amazónico con nuestro guía Agucho.

La biodiversidad amazónica explotaba de belleza ante nuestros ojos. Y quien sabe cuantos cientos de especies nos han pasado inadvertidas.

Es curioso pensar que el primer avistaje de flora carnívora fue de noche. Una planta que ante muchos ojos pasaría totalmente inadvertida, nuestras ansias de hallarla dieron con ella. Utricularia gibba en la cuenca del Río Amazonas.

Pero en nuestra búsqueda de plantas también hallamos otra especie realmente emblemática. Victoria amazónica. El nenúfar con la flor más grande del mundo (flor acuática, claro)

Y adivinen que encontramos entre esta comunidad flotante conformada por Victoria amazónica y el repollito de agua…. (tambores de suspenso por favor…)
Más Utricularia gibba!
Pero que es lo especial? Por que no haber mostrado todas las porciones (que han sido varias por cierto) de U.gibba hallada en esta parte del viaje? Bueno, en definitiva por que su forma era muy distinta.

La Utricularia gibba es una especie polimórfica, es decir que ante distintos factores puede tomar formas distintas.
Para cuando llegamos al Amazonas, ya hacía un año estábamos viajando como mochileros naturalistas, con lo cual, no contábamos con ningún equipo para medir las condiciones del agua. A ojo, lo único que podemos mencionar es que donde encontramos la U.gibba en su forma mas «fina» el agua era más negra (quizás por taninos) pero con mayor visibilidad. En cambio estas formas mas «robustas» se encontraban en aguas donde la turbidez era muy notable, posiblemente por mayor sedimento en suspensión.
Continuamos navegando por distintos canales en búsqueda de avifauna (aves del amazonas, digamos)

Y apareció otra especie de Utricularia acuática. La Utricularia foliosa, una de las especies acuáticas que más crece del mundo. (en Argentina hemos encontrado un ejemplar de hasta 5,40m!)

Un poquito mas de cerca para visualizar sus tallos acuáticos y su tallo floral emergido.

A diferencia de otros ejemplares de U.foliosa observados en Argentina, este mostraba una particular robustez de sus tallos. Podrá deberse al mismo fenómeno que cambia el diámetro del tallo en la U.gibba? El agua que rodeaba este ejemplar (el canal en si) tenía tanta turbidez como el ejemplar «robusto» que hallamos de Utricularia gibba entre la Victoria amazónica.
Será un tema que veremos bastante en la medida que empecemos con los experimentos!
Este encuentro tan personalizado con la flora y fauna amazónica fue posible gracias a nuestro guía, que nos mantuvo sanos y salvos entre el monte y los arroyos. Nada pudo hacer el contra los voraces mosquitos ni con las avispas que alguna vez en la selva atentaron en la cara de quien les escribe.
Pero si nos transmitió los nombres locales de los animales y usos tradicionales de las plantas sagradas para los pueblos amazónicos. Pudimos aportar a nuestro guía con todo lo que sabíamos de las plantas carnívoras halladas, y como parte de nuestra pasión de dilvugación, enrriquecer el conocimiento de los baqueanos locales.

Esperamos que hayan disfrutado este paseo carnívoro por Perú!